- Estudio
- Les Bons Faiseurs
- Cliente
- Château Fontarèche
En las etiquetas de Château Fontarèche, una calma campestre se mezcla con una cierta fibra de expectativa. Como si la marca, con su flema de siglos vestida de tipografía contemporánea, estuviera preguntándose si la nueva añada funcionará tan bien entre los burgueses de París como la de 1857 o la de 1924.
Hablando de la capital de Francia, ahí es donde tiene su sede Les Bons Faiseurs, el estudio de diseño autor de la imagen de Fontarèche. Su fundador es Étienne Rothé, quien tuvo su primera epifanía creativa a la temprana edad de ocho años, cuando acompañó a su abuela a la compra diaria por pequeños establecimientos parisinos. En aquella búsqueda de tesoros entre los bons faiseurs –los “buenos hacedores”–, como la abuela llamaba a los pequeños comerciantes del barrio, Étienne descubrió que existía “una alternativa sensata y refinada a la estandarización deshumanizada de las grandes superficies”. El caso de Château Fontarèche se sitúa en esas coordenadas de singularidad y encanto algo ajenas al paso del tiempo.
¿Qué es Château Fontarèche? Podríamos decir que es una notable aventura humana. Un castillo medieval con unos orígenes muy antiguos y una hacienda vitivinícola de la cual se conoce su existencia desde el siglo XIV, como mínimo. La propiedad actual se remonta a 1682. Desde hace nueve generaciones, una misma familia, los Mignard-De Lamy, elabora vino en esta tierra.
¿Cómo empezó la colaboración de Les Bons Faiseurs con esta bodega? Mediante una reunión telefónica de dos horas con Arnaud de Lamy. No nos conocíamos. Fue el comienzo de un gran encuentro. Comenzamos a trabajar con Fontarèche en 2006 con el mencionado Arnaud de Lamy y hoy continuamos con Vincent Dubernet, el actual director de la bodega. Se podría decir que Château Fontarèche y Les Bons Faiseurs forman ya una vieja pareja. Hemos sido leales el uno al otro durante tantos años que tenemos la decencia de no contarlos más.
¿Cómo es tenerlos de clientes? Vincent Dubernet es un hombre para quien sus palabras y su trabajo son preciosos. Con él, las cosas son sencillas y sinceras. Trabajar con él y para él es un camino que huele a piedra de sílex y frutos rojos.
Las etiquetas de la gama Château Fontarèche presentan la suma de dos códigos marcados: la tradición y una visión contemporánea, particularmente a través de la tipografía. ¿Cómo surgió este enfoque? El propio Vincent Dubernet nos nutrió mucho. Antes de empezar a diseñar, compartimos intensamente los conceptos y el mundo visual que podíamos construir. Trabajamos mucho hablando. El intercambio es muy importante. El resultado es necesariamente el fruto de un encuentro entre sensibilidades: la de Vincent como voz de Fontarèche y la de nuestro equipo creativo.
¿Qué importancia tiene la tipografía para Les Bons Faiseurs? ¡Fundamental! La Humanidad lleva miles de años trabajando la escritura, mejorándola. Es la expresión del genio humano y puede decir tantas cosas.
¿Cuál es la filosofía de trabajo de Bons Faiseurs? Estar al servicio del sentido del proyecto. Algo tan simple y a veces tan difícil de mantener.
¿Qué pedís a los clientes y a los proveedores con los que trabajáis? Otra cosa también muy fácil y que en ocasiones cuesta encontrar: que sean directos, claros y sencillos en sus demandas.
¿Qué importancia tienen los premios y reconocimientos? La mejor recompensa es lo lejos que has llegado.
¿Cómo debería ser el sector del vino desde un punto de vista de diseño? Lo veo equivalente a cómo considero que debe ser desde una perspectiva estrictamente enológica y de producto: un camino de respeto y al mismo tiempo, con ganas de atreverse.
¿Cuál es el proyecto ideal? Cualquiera que se base en la confianza y la escucha.
Volviendo a Château Fontarèche, ¿qué significa esta marca para Les Bons Faiseurs? La oportunidad de participar en la continuidad de una bella historia de viñedos y emprendimiento. También por supuesto, participar en el reconocimiento de unos grandes vinos. Nos gusta la marca y nos gusta beberla. Es el proveedor oficial de nuestras fiestas, comidas de empresa, presentaciones y cualquier otro evento. Y pensar en Fontarèche es pensar en la sonrisa traviesa de Vincent y en sus vinos auténticos.