Sean para bodegas españolas o para bodegas francesas, las etiquetas de Vincent Pousson se reconocen a la primera. Ha hecho un arte de combinar el aire retro con una composición formal resueltamente contemporánea. El resultado es de un atractivo y una fuerza fuera de lo común. También de una eficacia comunicativa innegable. Diseñador talentoso y casi tan difícil de clasificar como de localizar, sobre su obra y su relación con nuestra imprenta contesta, sin que sirva de precedente, el propio Joan Armadans.
En Vidal & Armadans hace años que imprimís las etiquetas de Vincent Pousson. ¿Qué es lo que más os gusta de su trabajo? Su originalidad. Hace un diseño arrolladoramente personal. Sus proyectos son siempre muy singulares, diferentes a casi todo lo demás. Y no digamos en el contexto francés, donde la gráfica aplicada al packaging suele tener un marcado tono de clasicismo que, en sus extremos, puede llegar a la trivialidad y la monotonía. Muchas etiquetas desprenden una sensación de “déjà vu”, nunca mejor dicho. Por eso, en el mercado francés, la creatividad visual de Pousson contribuye a abrir el juego. Aporta frescura, diferenciación, innovación y un tono mucho más moderno. O, más que moderno, fresco y libre.
¿Cómo es trabajar con Pousson? ¿Cómo es la relación con un diseñador que no se prodiga mucho y que incluso puede dar una impresión de cierta ocultación? Vincent es exigente pero, al mismo tiempo, no es una persona que se cierre en banda. No se queda estancado en su propio diseño, suele escuchar y valorar propuestas. Representa bien ese perfil de diseñador con el que nos gusta colaborar: se deja asesorar y ofrece la confianza necesaria para una colaboración profesional constructiva.
Se trabaja bien con él. Sí, con él hemos establecido con los años una forma de trabajo positiva, una deseable relación entre impresor y diseñador. Respecto a ese presunto “esconderse”, quizá es debido a que pasa mucho más tiempo en Francia que en España, y claro, últimamente ha trabajado mucho más para bodegas francesas.
¿Qué técnicas de impresión suelen pedir las etiquetas de Pousson? Siempre que podemos, producimos sus trabajos en serigrafía. Es un sistema que a Vincent creo que le gusta tanto como a nosotros. Pero en realidad estamos abiertos a explorar con él cualquier técnica y material. Papeles, golpes, relieves… El abanico es amplio, rico y complejo, y la clave es hallar y combinar las posibilidades que mejor contribuyan a crear una marca y a comunicarla. Nos gusta cuando las bodegas y las empresas nos requieren para, más allá de imprimir, participar en la parte de definición del concepto de marca de un vino o un producto.
Desde hace años, Vidal & Armadans se ha expandido al otro lado de la frontera. ¿Cómo es imprimir en Francia y para bodegas francesas? Es algo más complicado que en España porque todavía impera, como decía, una idea de diseño muy clásica, pasiva y estancada. En muchos sitios te encuentras con la sensación de que tienen miedo a arriesgar y así no suelen aparecer diseños frescos, modernos y adecuados para llegar a buena parte del público actual. Con todo, la evolución que hemos percibido durante estos últimos años que llevamos operando en Francia es muy esperanzadora. Yo espero que esta tendencia a evolucionar y a asumir códigos gráficos y lenguajes de comunicación más nuevos no se detenga.
¿Qué tienen en común los proyectos recientes de Vincent Pousson en Francia, como L’Épatant, La Vigne juste derrière chez Carbo, De la Terre à la Lune, Les Peyres levades y Château Combel-la-Serre? En buena medida, se basan en ilustraciones de inspiración antigua, como extraídas de alguno de esos deliciosos volúmenes que podríamos encontrar en las librerías de viejo de las pequeñas ciudades francesas de provincia. Tras algunas pruebas vimos que el papel que mejor iba para resaltar los diseños era el Acquerello Perla. La impresión es serigráfica e incluye algunos efectos con el objetivo de realzar determinadas partes de la etiqueta. Estamos muy satisfechos con el resultado, tiene vida, es como devolver a la vida esos viejos motivos de un sabor histórico tan personal.
Es un camino interesante, desde luego. En general, desde vuestra experiencia como impresores, ¿hacia dónde dirías que va el diseño? Es complicado dar una respuesta cerrada. Afortunadamente los gustos de los clientes finales son muy distintos y diversos, y eso amplía muchísimo las posibilidades visuales y la aportación del diseño gráfico. Lo que considero fundamental es mantener la fidelidad a tus propias ideas, por encima de modas y estilos. Si eres fiel a algo más profundo que las tendencias del momento, tarde o temprano acabarás destacando.