La historia de la marca Ruavieja se remonta a cuatro generaciones de la familia gallega Rodríguez Ovalle, que ha sabido mantener la más genuina tradición “aguardenteira”.
¿Cómo afrontar el rediseño de la etiqueta de un producto asentado y reconocible? ¿Cómo mantener la conexión visual con un público fiel y, al tiempo, actualizar la imagen que se proyecta? En definitiva, ¿cómo conseguir un adecuado equilibrio entre la tradición y el dinamismo del mercado? El caso de Ruavieja nos ofrece pistas reveladoras. Desarrollado por la consultora de branding barcelonesa Morillas, ejemplifica el tránsito que conduce desde el origen de una marca de gran consumo hasta su expresión contemporánea. Un sutil recorrido que en este caso se apoya en un trabajo de impresión tan sosegado y natural como la propia intervención creativa. El equipo de Morillas explica las coordenadas del proceso.
¿Qué aporta la nueva serie de etiquetas de Ruavieja? Representar y renovar la conexión emocional con los consumidores. Trasmitir una manera sencilla y clara de hacer las cosas, poner en valor la idea de “hecho a mano”, la atención al detalle y, sobre todo, la naturalidad y el carácter artesanal de la marca.
¿Era necesario? Siempre es necesario evaluar dónde se encuentra una marca en cada momento. Entender cómo puede mantener sus valores esenciales y cómo puede proyectarlos. Con el proyecto de rediseño de Ruavieja buscamos la claridad y la actualización, conservando la consistencia. Exponente de un sector muy tradicional y a la vez líder de su segmento, esta empresa ‘aguardenteira’ se encontraba ante la conveniencia de renovar la adhesión de sus consumidores y de ampliar su mercado.
¿Cómo lograrlo? Nuestra propuesta incorpora un diseño más joven, dinámico y alegre que convive perfectamente con el aire artesanal que desde siempre define a Ruavieja. Es el resultado de combinar un tono moderno y vibrante con los rasgos visuales más característicos y estables de la marca: la tipografía y el perímetro irregular de la etiqueta.
¿Cuál es el papel de Vidal & Armadans en este proceso? Fue clave, al entender y plasmar perfectamente los atributos de la marca en sus materiales. Supo poner la técnica al servicio de la imagen de la marca y solventar dificultades técnicas iniciales como la altura del grueso del braille o la formulación de la sustancia adhesiva.
Una agencia con la experiencia de Morillas, ¿qué opinión tiene del packaging actual, tan diverso? Gracias a las facilidades existentes para crear y dar vida a una idea, gracias a la innovación constante y a la tecnología, es impresionante el universo de posibilidades que se abren ante nosotros. Y que en muchos casos aún estamos empezando a descubrir. En esta inmensidad en la que cualquiera puede crear algo, las claves fundamentales del packaging seguirán siendo la funcionalidad y la estética, la calidad del diseño y su usabilidad, y por supuesto la calidad de los materiales.
¿Qué condicionantes de diseño de packaging plantea una marca de gran consumo? ¿Está todo muy predeterminado o todavía hay espacio para la innovación y la creatividad? Siempre hay margen, por pequeño que sea. Lo que más condiciona actualmente son los consumidores, que tienen opinión y sobre todo, medios y altavoces para ser escuchados. Sus estilos de vida se encuentran en constante cambio. Quieren experiencia y emoción, y entienden muy bien qué es esencial e inamovible, y qué se puede cambiar y mejorar.
¿Qué viene en el ámbito de la construcción de marcas y de diseño de packaging? Tanto las marcas como el packaging deberán evolucionar en paralelo a los hábitos de compra. Cada vez compramos más por internet, incluso los productos frescos. ¿Qué supone eso para la identidad y la visibilidad de la marca? Ahí está el gran reto.
